Científicamente hablando

La malaquita es un carbonato básico de cobre. Su composición química es Cu2CO3(OH)2.

Sus colores son los verdes: verde negruzco, verde claro y verde oscuro. Esta predominancia del verde se debe al cobre que contiene.

Tradicionalmente hablando

El nombre de este mineral viene del latín malachites, a través del griego clásico moloch? (μολóχη), variante de malach? (μαλάχη), malva, en alusión a su color, parecido al de las hojas de malva.

En la antigüedad, la malaquita era reducida a polvo y se utilizaba en pinturas iconográficas. El pigmento metálico de que está compuesta tiene una gran sensibilidad a los ácidos y a la luz.

Los romanos consideraban que la malaquita poseía la virtud de proteger de los relámpagos. Por ello recomendaban a sus pequeños proveerse de un talismán o un colgante de malaquita para protegerse de ellos.

En Rusia, la piedra malaquita fue utilizada por los zares como piedra decorativa.

Simbolismos según los pueblos:

En África: piedra que destruye las resistencias.

En la Cristiandad: la condición humana.

En Laos: la lluvia benéfica.

Energéticamente hablando

La malaquita, con su bello color verde, no deja lugar a dudas sobre su importancia en el mundo de la joyería. Sus tonos cautivan.

Su movimiento, sus dibujos tan particulares, la circulación de su energía dentro de las líneas y círculos que dibuja, apaciguan incluso a los espíritus más atormentados.

La malaquita es una invitación a la espiritualidad. Encarna el verde de curación profunda que emana de la naturaleza, representa la belleza innata de las flores, árboles, raíces y plantas.

Se manifiesta con un verde chamánico profundo que interacciona con el plano material.

Es una piedra de transformación, una ayuda eficaz en la evolución de las situaciones y el crecimiento espiritual.

En ningún caso la información y el asesoramiento que propone MINERAL SWEET serán susceptibles de substituir una consulta o un diagnóstico formulado por un médico o un profesional de la salud.