Científicamente hablando

El nácar es el revestimiento interior, de reflejos irisados, da algunas conchas de moluscos, biosintetizado por el manto terrestre y compuesto de cristales de aragonita unidos por una proteína llamada conquiolina. 

La coloración eventual del nácar proviene de los carotenoides contenidos en la conquiolina.

Su complejación de proteínas para formar las carotenoproteínas puede modificar el color inicial del pigmento y dar tintas que van del amarillo al violeta.

Tradicionalmente hablando

La palabra "nácar" viene del árabe "naqqarah".

En inglés se le da el nombre que le dió la primera reina Elizabeth, que vivió en el siglo XV: mother of pearl, madreperla.

Le mot « nacre » vient de l’arabe « naqqarah ».

Fue descrita por el mineralogista Charles Upham Shepard en 1839.

El nácar evoca, por sus tintas dulces, virtudes maternales (aspecto lechoso), femeninas y protectoras.

Se utiliza para aportar ternura, dulzura. Es de gran ayuda para allanar las asperezas de la personalidad. Se dice que nos sostiene cuando hay dificultades existenciales.

Así, pues, es una garantía de bienestar.

No hay leyendas aparejadas con este mineral, pero por sus tintas pastel, por la dulzura que emana, se dice de ella que es la piedra del corazón compasivo.

Las conchas fueron utilizadas como moneda de cambio por todo el mundo.

Se la puede considerar un símbolo de amor.

Energéticamente hablando

El nácar es de una gran dulzura, aporta calma, su valor es femenino.

Es amor maternal, suaviza algunos rasgos de carácter, ayuda en las penas del corazón, en toda clase de tristezas, y está relacionado con el elemento agua, por ello se comprende su acción sobre los sentimientos, las emociones. 

En ningún caso la información y el asesoramiento ofrecidos por la empresa MINERAL SWEET serán un sustituto de una consulta o un diagnóstico formulado por un médico o un profesional de la salud.