Científicamente hablando

El diamante es un alótropo de alta presión del carbono, metaestable a temperaturas y presión bajas. Es la piedra más dura que existe. Su fórmula química es la del carbono puro: C. Los colores posibles del diamante son, típicamente, amarillo, marrón o del gris al incoloro. Más raramente azul, verde, negro, transúcido, blanco, rosa, violeta, naranja o rojo.

Tradicionalmente hablando

El término diamante proviene del bajo latín diamas, -antis, probablemente surgido por metátesis de adimas, -antis (amante), término que designaba, en los orígenes, el metal más duro y también toda la materia que es más dura.

Es una derivación del griego antiguo adamas, indomable. Que en primer término califica un "estado de ánimo indomable". La leyenda cuenta que el diamante ha sido explotado desde hace 6.000 años en India (Koh-i-Nor).

Históricamente, los primeros diamantes se extrajeron en India, donde se encontraban únicamente en yacimientos aluviales (riberas de los cursos de agua). Se representa al diamante como "fruto de las estrellas" o proveniente de fuentes sagradas. También orna los objetos religiosos.

Los dravidianos creen que los diamantes crecen en la tierra como las verduras; ya que ellos usan el algarrobo, del cuall las habas sirven de patrón para pesar los diamantes, práctica que ha dado origen al quilate, medida utilizada desde entonces.

En Egipto, Grecia y Roma antiguos, el diamante era considerado como indestructible químicamente y representaba al "llanto de Dios". Se llevaba como amuleto, al cual se atribuía la virtud de ser un antídoto. El polvo del diamante se utilizó en glíptica.

Para los budistas existe un Sutra (discurso de Buda) del diamante.

En la Edad Media y el Renacimiento, se llevaba engarzada en las coronas principescas o como colgante.

Es la piedra que buscan todos los dignatarios, aunque en el origen de los tiempos sólo lo llevaban los hombres.

Esta piedra preciosa tiene varios sobrenombres: reina de las gemas, reina de las piedras... Simboliza la perfección, la pureza intacta. Está asociada al rayo y al fuego, particularmente, pero también al sol, a la luz y a la vida. Según Platón, el eje del mundo estaría formado por diamantes.

Representa la eternidad y la indestructibilidad.

Energéticamente hablando

El diamante entra profundamente en resonancia con el séptimo chakra, el chakra coronal, situado en lo alto de la cabeza. Liga al hombre con las fuerzas cósmicas, con su propia espiritualidad y le da acceso de una forma más fácil a las energías sutiles que recorren el universo.

Según los yoguis, la energía del diamante alinea al individuo con las vibraciones de su corazón, de su cerebro y de todo su cuerpo "etéreo". Se trata, pues, de uno de los minerales más recomendados para acompañar a las personas en sus meditaciones profundas.

Se dice que hace invencible a la persona que lo lleva. Según las leyendas, sólo los diamantes adquiridos de forma honesta actúan en interés de sus propiedades, lo que ilustra en el modo de entrar en posesión de esta piedra preciosa y del comportamiento que se debe tener a partir de entonces.

Esta piedra favorece la fuerza del carácter, la ética y la fidelidad a uno mismo. Ayuda a ser consciente de las responsabilidades y a liberarse de los prejuicios.

En ningún caso la información y el asesoramiento ofrecidos por la empresa MINERAL SWEET serán un sustituto de una consulta o un diagnóstico formulado por un médico o un profesional de la salud.