Científicamente hablando

El ojo de gato, llamado cimofana, es un crisoberilo formado por óxido de berilo y aluminio de fórmula Be(AlO2)2 con trazas de hierro y cromo.

Su color es un azul gris tornasolado.

Tradicionalmente hablando

Cimofana:

Palabra inventada por el mineralólogo francés René Just Haüy, del griego clásico φανός, phanós, luz, antorcha, y κ?μα, kûma, ola; por lo tanto, luz que flota, ya que la mayoría de cristales ofrecen reflejos lechosos ligeramente azulados que parecen flotar en la piedra.

No hay ninguna leyenda asociada a este mineral, pero por su nombre se puede pensar que simboliza la visión clara, aguzada, la visión interior.

Energéticamente hablando

El ojo de gato proporciona más agudez, un mejor discernimiento hacia uno mismo, lo que es una importante ayuda para evolucionar.

Esta piedra nos muestra que siempre tenemos el libre albedrío. Permite afirmar la convicción en uno mismo; es una piedra de convicción. Con ella podemos afirmarnos, expresar nuestros pensamientos con confianza y también nuestras ideas, dudas; los temores desaparecen.

Del mismo modo en que a los gatos les gusta la noche, se puede decir que, gracias a este mineral, las cosas parecen más fáciles, incluso en momentos complicados, aquellos en que todo puede parecer oscuro como la noche.

En ningún caso la información y el asesoramiento que propone MINERAL SWEET serán susceptibles de substituir una consulta o un diagnóstico formulado por un médico o un profesional de la salud.